A veces aún vuelven los fantasmas
y entonces, mi amor, no hay martillo que valga
ni palabras capaces de hacerme recordar
y conseguir que entre en razón.
Sus raíces, las del mal, profundas,
largas y enredadas colas de alacrán
demasiado tozudas para que se larguen
así como así...
No puedo, o quizá no quiera,
diría mi psicólogo imaginario.
Puede que esta tela cruzada de hilos,
manto espeso y compacto que me abraza,
sea el muro de mi fortaleza protectora.
Quien sabe, este miedo al abandono,
como mi psicólogo imaginario gusta llamar,
hasta cuando va a permanecer conmigo
sobreviviendo entre timbre y timbre.
...
y aún así, a veces, no se van
21/11/09
Com en un match, els fantasmes encara et guanyen. Simplement porten avantage...massa temps, massa sovint.
ResponderEliminarPer sort, l'angel exterminador del martell aviat guanyarà la partida. I el psicòleg imaginari per fí podrà fer vacances...
XXX.