sábado, 7 de julio de 2018

MONTE PERDIDO


















El padre de Vilas es más guapo que él.
No parece su padre,
parece el mio,
solo que mi padre fue mucho más guapo
que el padre de Vilas.
El padre de Vilas es una sombra de mi padre.
Un sombra que recuerda lo guapo que fue mi padre.
Porque mi padre fue un hombre muy guapo
que nunca lo supo.

Vilas y yo vivimos en un laberinto del que compartimos solo las habitaciones.
Yo llego antes a ellas porque conozco pasadizos secretos.
Cuando llega Vilas yo ya le he robado la litera de arriba.
Siempre llego antes y más descansada.
A veces Vilas es un poco tonto
O quiere ser tan listo que se encuentra a sí mismo por el otro lado del circulo.
Vilas y yo nos peleamos, pero siempre me saca un poema.
Eso sí que se lo agradezco.

Vilas intenta no parecerse a mi,
por eso da tantas vueltas.
Pero él y yo acabamos en el mismo sitio:
yo también deseo volver a la paz de no ser.
No haber sido nunca.
No se si mi padre se fugó, como el de Vilas.
Sé que quería encontrar una puerta,
pero no quería fugarse, quería ir a un sitio concreto, en algún lugar del paraíso.
Lo tenia pensado desde hacía muchos años.
Creo que mi padre fue secuestrado.
Se lo llevaron por la fuerza
mientras buscaba la puerta.
Mi padre tampoco saqueó el mundo,
por eso fue secuestrado, por falta de rebelión.
Yo tampoco soy rebelde.
También algún día me secuestrarán.

A Vilas le llevaron borracho e inconsciente a la misma clínica donde yo nací.
Los dos tuvimos una relación vital con la clínica Quirón.
Solo que de ciudades distintas pero esto no tiene importancia.
Es o no es, eso, una señal?
Yo creo que si, una señal de que yo corro más que Vilas.
Yo gano.
Me gusta ganarle a Vilas.
Porque él es el Gran Vilas y yo la pequeña Vila,
y él cree que eso le da algún derecho sobre mi.
Siempre seré la pequeña Vila, como cuando era pequeña de verdad.
Una parte de mi siempre será pequeña,
siempre habrá alguien dispuesto a hacerme sentir pequeña.
Por ejemplo,
mi grupo de apoyo de personas con alta sensibilidad
me ha hecho sentir pequeña hoy.
No han sido muy sensibles.
Parece uno de esos chistes que contábamos cuando éramos adolescentes:
Cuál es el colmo de un jardinero?
El colmo de una persona altamente sensible es que su grupo de apoyo
le haga sentirse insignificante y medio loco.
Así que soy el colmo de un chiste.

Vilas, no te entiendo, no aciertas conmigo,
pero me haces escribir como nadie
y por eso te quiero,
aunque no me caigas muy bien.

7.7.2018