viernes, 23 de diciembre de 2016

Regreso a Venecia

Venecia no se ve,
no se visita, no se vive ni se recuerda.
Venecia se siente en los huesos.
La humedad, las algas verdes,
la piedra negra y la madera podrida,
los hierros oxidados
el olor a moho,
todo eso...
Venecia es una niebla verde y negra
que se mete en mis huesos
y se queda ahí para siempre
y sube su sabor de alga, de vez en cuando a mi boca
para recordarme donde esta mi hogar.
Venecia por la noche es la de verdad,
cuando el silencio canta toda su miseria,
y en la noche veneciana,
triste y silenciosa,
y oscura,
mohosa y podrida y sucia,
y tan negra,
y tan sincera y despojada de todo,
ahí es donde reside mi alma.
Venecia soy yo triste y sola,
lúgubre y tortuosa,
herida de muerte,
y tan cansada..
Venecia es mi alma agotada de tanta agua,
es mi cuerpo pálido y decadente,
son mis manos artríticas y retorcidas,
y mis ojos siempre humedos.
Es la música de mis músicos.
Venecia es todo
Venecia
es lo que queda.

23.12.2016