martes, 4 de julio de 2017

21 gramos

Parte 1

21 gramos.
Eso escucho, más dormida que despierta,
mientras yo sigo dándole vueltas a un poema
del que no me sale la suma.
Intento pensar que al final daré con ella,
pero la sucia realidad es que le falta un factor que desconozco.
Y entonces maldigo el papel,
escupo sobre la tinta, negra como una traición,
y reniego de la mano que escribe.
Intento destripar las palabras,
abrirlas hasta que sangren.
Hasta que cuenten la verdad.
Pero yo solo espero aquella
que yo quiero escuchar.

La tinta se disuelve con el agua,
y lo que queda de ti.
Ahora eres un amor extraño que camina sin rumbo
como un niño que se ha perdido.
La ilusión que un día fue luminosa
y explosiva y franca,
cuando era tu niña.
Me duermo,
quiero reencontrarme con mis fantasmas.
Contadme un cuento, aunque no sea bonito.
Dejad que me quede aquí
El tiempo del sueño es corto,
y fugaz y poco consistente.
Se va rápido, se disuelve, como me disuelvo yo.
No se cómo voy a seguir.
Tengo fuerza, y ganas,
pero un cansancio muy viejo.
Ojalá algún día me cuentes algo,
si ha valido la pena vivir lo que has vivido.
Si todo este dolor merece la pena.
La tele manda un mensaje
antes de que me duerma del todo:
21 gramos
Es el peso que se pierde en el momento de la muerte.
Dicen que es
el peso del alma.
Pesa más mi taza de café.

Del 17 de junio al 26 de julio del 2017